El trastorno bipolar es una de las formas de alteración del estado de ánimo que resulta popularmente conocido por su nombre, no necesariamente por sus características, y que es cada vez más frecuente.
Este trastorno de bipolaridad se caracteriza por oscilaciones del estado de ánimo, presentando episodios maníacos o hipomaníacos alternados con episodios o signos depresivos. Estos cambios se producen de manera cíclica. Los ciclos pueden durar días, incluso semanas, y tienen un fuerte impacto en las posibilidades de adaptación de las personas que lo padecen.
Los rasgos principales de los polos entre los que se debate el ánimo son los siguientes:
Signos de la depresión
- Sentimiento de intensa tristeza o vacío, casi todos los días
- Incapacidad para experimentar placer
- Alteración del sueño: insomnio o hipersomnia
- Variaciones en el peso
- Fatiga o falta de energía
- Sentimiento de inutilidad o culpa
- Dificultades en la concentración y atención
- Pensamientos de muerte
Signos del episodio maníaco
- Autoestima aumentada o grandiosidad
- Euforia , irritabilidad
- Energía aumentada
- Hiperactividad
- Aceleración del pensamiento
- Distractibilidad
- Conducta impulsiva con un alto potencial de consecuencias negativas
¿Cómo se manifiesta el trastorno bipolar?
Las maneras en que se presenta este trastorno son muy diferentes y pueden existir otros trastornos asociados, tales como ansiedad, abusos de sustancias, etc. La evolución es muy diferente en cada persona y depende en gran medida del tratamiento recibido y de la adherencia al mismo. Existen evidencias de que los abordajes multidisciplinarios y combinados de terapia farmacológica, psicoterapia, psicoeducación del paciente y su entorno familiar tienen una incidencia favorable en la mejoría de la calidad de vida de estás personas.